Tuesday, November 28, 2017

NO TENGO GANAS DE ORAR!


NO TENGO GANAS DE ORAR


Frecuentemente, querido amigo, no tengo ganas de orar. Si he de ser sincero, debo confesar que estas veces son más numerosas que las otras. Me ha ocurrido también el sentirme extraño, nervioso, disipado, fastidiado hasta de encontrarme con las personas, en cumplir un favor prometido, y por si fuera poco, encontrar un amigo que me va y me cuenta las consecuencias de su úlcera... ¿Orar? No quiero ni pensarlo. ¿Quién tiene ganas de orar? 

Después de vagabundear un poco, he entrado en una iglesia sin demasiada convicción, con el propósito de salir cuanto antes de allí; no tenía ganas de orar.

He realizado un esfuerzo inmenso para permanecer arrodillado en el banco durante cinco minutos; experimentaba un malestar indecible.

Al fin, para despedirme, en un clima de sinceridad, dije con toda franqueza: "Señor, no tengo ganas de orar, es inútil insistir, excúsame, me voy... dejémoslo para una ocasión más propicia..."

Lo repetí una vez más y luego otra y otra, al final perdí la cuenta... pues bien, salí de la iglesia al cabo de una hora. Estaba distensionado, sereno, contento como en raras ocasiones. Reconciliado conmigo mismo y con todos los inoportunos de este mundo.

Por eso te digo, querido amigo: si esperas para orar hasta que tengas ganas, estás perdido. Debes tener el coraje para orar incluso cuando no tengas ganas. Sobre todo en ese momento, "todo es gracia"... introdúcete por el corredor oscuro de la desgana, sigue adelante aunque tengas la impresión de que no llegarás nunca a la luz. Sigue adelante aunque te sientas frío, árido, seco y vacío. A fuerza de insistir, el túnel oscuro desembocará en un espectáculo de luz resplandeciente.

Di al Señor, cuando te encuentres delante de Él, todo lo que sientas, todo lo que lleves dentro, lo que te preocupa y lo que te alegra. Y si estás fastidiado, díselo también, que Él comprende todo, entiende mejor que tú el estado de ánimo que llevas. Más todavía, Él te dará lo que necesitas para comunicarte mejor, Él te enviara su Espíritu sin el cual no podemos decir "¡Padre!". Déjate amar por Él. Quédate un momento en silencio. No te desconcierte ni desaliente que a veces el Señor parece también guardar silencio.

Es preciso creer que Dios está presente en las largas noches, en los días negros, para tomarte de la mano y guiar tus pasos por sus sendas. Cuando digas "no tengo ganas de orar" es precisamente el momento oportuno... es cuando Dios actúa, por lo que es preciso, es urgente, que no esperes más; es el "tiempo favorable" para iniciar un encuentro con quien siempre te espera, con el Padre que continuamente piensa en ti y se hace el encontradizo para demostrarte su amor.

¿No has visto nunca en la montaña ciertas flores que nacen en las oscuras hendiduras de las rocas? 
La oración más espontánea puede despuntar después de una larga preparación de aridez, después de momentos de desolación.

En cada uno de nosotros hay un niño que lloriquea: "no tengo ganas..." Pero hay, asímismo, un adulto que suplica: "No te preocupes. Ora como si las tuvieras". 

¡Cuando las ganas decrecen, es el momento en el que debes tener el coraje de orar! 

Monday, November 27, 2017

Oración de Protección Frente a Todo Mal




La oración de protección es la plegaria en la que clamamos al señor para que nos asista, y proteja. Ya sea frente a las amenazas, frente al mal, los enemigos, o bien cuando queremos proteger a un familiar, nuestros hijos o amigos.

Esta oración de protección, es importante ofrecérsela a Dios para que nos asista y nos de su apoyo. Pues el Señor protege a sus fieles, que mantienen su fe en él y no reniegan de su fe. Si crees que algún familiar, amigo o vecino tuyo puede necesitar el apoyo de Dios para que le proteja, reza. No dudes en realizar estas oraciones varias veces al día.

¿Por qué rezar una oración protectora?

Una de las cosas por las que más oramos a Dios es por la seguridad de nuestros seres amados y por la nuestra propia. Esta suplica se eleva al cielo cada día y siempre con la misma fe con la que la hemos venido haciendo.

Sin embargo, a veces más que un ruego deseamos emitir una plegaria que además de protegernos de los peligros terrenales, también sirva como escudo para los daños espirituales.

A continuación, las oraciones para la protección que nos permitirán salvaguardar aquello que deseamos:

Una plegaria para la protección

Oh gloriosísimo Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de rebeldes espíritus infernales.

Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza.

Que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor.

Que en tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte. Para que defendidos por tu poder de infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.

Amén

Sunday, November 26, 2017

Oración de Sanación Para Curar Enfermedades y Problemas de Salud

Saturday, November 25, 2017

Oraciones a Cristo Rey


ORACIÓN PARA PEDIR EL REINADO DE CRISTO


¡Oh Jesús! Te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo, renunciado a Satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.
Amén.





ORACIÓN A CRISTO REY


¡Oh Cristo, Tú eres mi Rey!
Dame un corazón caballeroso para contigo.

Magnánimo en mi vida: escogiendo todo cuanto sube hacia arriba, no lo que se arrastra hacia abajo.

Magnánimo en mi trabajo: viendo en él no una carga que se me impone, sino la misión que Tú me confías.

Magnánimo en el sufrimiento: verdadero soldado tuyo ante mi cruz, verdadero Cireneo para las cruces de los demás.

Magnánimo con el mundo: perdonando sus pequeñeces, pero no cediendo en nada a sus máximas.

Magnánimo con los hombres: leal con todos, más sacrificado por los humildes y por los pequeños, celoso por arrastrar hacia Ti a todos los que me aman.

Magnánimo con mis superiores: viendo en su autoridad la belleza de tu Rostro, que me fascina.

Magnánimo conmigo mismo: jamás replegado sobre mí, siempre apoyado en Ti.

Magnánimo contigo: Oh Cristo Rey: orgulloso de vivir para servirte, dichoso de morir, para perderme en Ti.

Amén






CONSAGRACIÓN DEL GÉNERO HUMANO 
A CRISTO REY 

¡Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano! Míranos humildemente postrados delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser; y a fin de vivir más estrechamente unidos a Ti, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a tu Sacratísimo Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás te han conocido; muchos, despreciado tus mandamientos, te han desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadécete de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Corazón Santísimo.

Señor, sé Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Ti, sino también de los pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna porque no perezcan de hambre y de miseria.

Sé Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Ti; devuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Concede, ¡oh Señor!, incolumidad y libertad segura a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la tranquilidad en el orden, haz que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino esta voz: ¡Alabado sea el Corazón divino, causa de nuestra salud! A Él entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Tuesday, November 14, 2017

Adviento 2017



El Adviento es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos anteriores a la Fiesta de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón.

• Primer Domingo de Adviento: 3 de Diciembre de 2017

• Segundo Domingo de Adviento: 10 de Diciembre 2017

• Tercer Domingo de Adviento: 17 de Diciembre 2017

• Cuarto Domingo de Adviento: 24 de Diciembre 2017

Durante el Adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas de pino, llamada Corona de Adviento. Esta corona tiene cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.

El término Adviento viene del latín “Adventus”, que significa venida. El Adviento es un tiempo de alegría y agradecimiento por el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Es una fiesta que se añadió tardíamente después de la de Pascua dentro del calendario litúrgico. Estas cuatro semanas que preceden a la Navidad son una oportunidad para prepararse en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor. 

Wednesday, March 1, 2017

Oración de Sanación de la Familia




¡Señor Jesús! Hoy venimos a Ti, en nombre de cada una de las personas de nuestra familia. Tú, en tus designios de amor por cada uno de nosotros, nos has colocado en ella y nos has vinculado a cada una de las personas que la componen. 

En primer lugar, te queremos dar gracias de todo corazón por cada uno de los miembros de mi familia, por todo el amor que he recibido tuyo a través de ellos y te queremos alabar y glorificar porque nos has colocado en ella. A través de la familia y en la familia, tú nos has dado la vida y has querido para nosotros que formemos un núcleo de amor.

Hoy, Señor, queremos que Tú pases con tu sanación por cada uno de nosotros y realices tu obra de amor en cada uno de nosotros. 

Antes de nada, Señor, queremos pedirte perdón por todas las faltas de amor que hayamos tenido en casa, por todas nuestras indelicadezas, por todas nuestras faltas de comprensión, por no ser a veces cauces de tu amor para ellos.



Jesús, te pedimos que entres en el corazón de cada uno y toques aquellas experiencias de nuestra vida que necesiten ser sanadas. Tú nos conoces mucho mejor que nosotros mismos. Por lo tanto, llena con tu amor todos los rincones de nuestro corazón. Donde quiera que encuentres – el niño herido -, tócalo, consuélalo y pónlo en libertad.

Vuelve a recorrer nuestra vida. La vida de cada uno de nosotros desde el principio. Desde el mismo momento de nuestra concepción. 

Purifica las líneas hereditarias y líbranos de aquellas cosas que puedan haber ejercido una influencia negativa en aquel momento. Bendícenos mientras íbamos fomándonos en el vientre de nuestra madre y quita todas las trabas que puedan haber dificultado durante los meses de gestación, nuestro desarrollo en plenitud.

Danos un profundo deseo de querer nacer y sana cualquier trauma tanto físico como emocional que pudiera habernos dañado durante nuestro nacimiento. ¡Gracias, Señor!, por estar ahí presente para recibimos a cada uno de nosotros en tus brazos en el momento mismo de nuestro nacimiento, para darnos la bienvenida a la Tierra y asegurarnos que Tú nunca nos faltarías ni nos abandonarías.

Jesús, te pedimos que rodees nuestra infancia con tu luz y que toques aquellos recuerdos que nos impiden ser libres. Si lo que más necesitamos cada uno fue más cariño maternal, mándanos a tu Madre la Virgen María, para que nos dé lo que nos falta. Pídele que nos abrace a cada uno, que nos arrulle a cada uno, que nos hable y llene el vacío que necesita el calor y el consuelo que sólo una madre puede dar.

Quizá “el niño interior” siente la falta del amor del padre. Señor Jesús, déjanos gritar con libertad, con todo nuestro ser: “¡Abba!, ¡papá! ¡Papaito!. Si necesitábamos alguno de nosotros más cariño paternal y la seguridad de que nos deseaban, y nos amaban de verdad, te pedimos que nos levantes y nos hagas sentir la fuerza de tus brazos protectores.

 Renueva nuestra confianza y danos el valor que necesitamos para hacer frente a las adversidades de la vida porque sabemos Padre nuestro, que tu amor nos levantará y nos ayudará si tropezamos y caemos.

Recorre nuestra vida Señor, y consuélanos cuando otros nos trataban mal. Sana las heridas de los encuentros que nos dejaron asustados, que nos hicieron entrar en nosotros mismos y levantar barreras de defensa ante la gente. Si alguno de nosotros se ha sentido solo, abandonado y rechazado por la humanidad, concédenos por medio de tu amor que lo sana todo, un nuevo sentido del valor de cada uno como persona.

¡Oh Jesús, nos presentamos en este día ante ti, toda la familia y te pedimos que sanes nuestras relaciones, que sean unas relaciones llenas de cariño, de comprensión y de ternura y que nuestra familia se parezca a la tuya. Te pedimos, por intercesión de tu Madre, la Reina de la Paz, que nuestros hogares sean lugares de paz, de armonía y donde realmente experimentemos tu presencia. ¡Gracias, Señor!

Oración de Sanación por los Enfermos




Señor, Tú eres el buen pastor y Tú has dicho: «vengan a mí todos los que están cansados y cargados y Yo los aliviaré».

Venimos a ti con todos los enfermos de esta (familia, parroquia, ciudad) que están unidos con nosotros. Te lo suplicamos Jesús, bendícelos a todos. Pon tu mano de buen pastor sobre cada uno de ellos y por los méritos de tu pasión comienza a sanarlos de su enfermedad si es tu santa voluntad. 

Sabemos Jesús que Tú puedes sanarlos y te lo pedimos en fe. No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y por el poder de tus Llagas gloriosas, por tu santa Cruz y por tu preciosa Sangre comienza a sanar a muchos de ellos Señor.

A los que Tú no vas a sanar hoy porque en tu plan providencial, Tú tienes algo distinto para ellos, te pedimos que les des fortaleza para que nunca se desesperen y que sepan ofrecer sus sufrimientos uniéndolos a tus sufrimientos en la Cruz para darle un valor de redención.

Pero estamos tan seguros de tu presencia viva en medio de nosotros Señor que, aun antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe te decimos gracias por todo lo que estás haciendo ahora por nuestros enfermos.

Y todo esto te lo pedimos por intercesión de nuestra Madre la Virgen Santísima;

y te damos gracias por lo que Tú vas a seguir haciendo por ellos.

Amen Señor Jesús.

Oración de Sanación al Corazón de Jesús por un Enfermo



Dulcísimo Jesús, que dijisteis:

“Yo soy la Resurrección y la Vida”, que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades, curabas las dolencias de cuantos se te acercaban; a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón a favor de los enfermos, suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre, la bienaventurada siempre Virgen María, salud de los enfermos, quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad a tu siervo …….. , si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.

Señor Jesús, que al funcionario real que te decía: “Venid, Señor, antes que mi hijo muera”, le respondisteis: “Vete, tu hijo vive”. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que al ciego de Jericó, que sentado junto al camino te decía en alta voz: “Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí”, le respondiste: “Recupera tu vista, tu fe te ha salvado”, y al momento vio. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que diciendo: “Quiero, sé limpio”, limpiaste al leproso, que te decía suplicante: “Señor, si quieres puedes limpiarme”. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio, hablando luego con admiración a las turbas el que antes era mudo. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que sanaste al enfermo que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad, junto a la piscina de las ovejas, diciéndole: “Levántate, toma tu camilla y anda” y anduvo.
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím, enternecido, dijiste a la madre: “No llores”; y tocando el féretro, añadiste: “Joven, a ti te digo, levántate”; entregándolo luego vivo a su madre. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis: “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis: “En verdad, en verdad te digo, que todo cuanto pidieras al Padre, en mi Nombre, os lo dará”. Sánalo, Señor.

Omnipotente y sempiterno Dios, eterna salud de los que creen, escúchanos en bien de tus siervos enfermos, por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia; a fin de que recobrada la salud, te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.

Friday, January 13, 2017

Un Sacramento de Sanación– Unción de los Enfermos



Escrito por el Obispo Kevin Farrell
Pastor Principal de la Diócesis Católica de Dallas

¿Hay entre ustedes algún enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por el y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.  La oración hecha con fe sanará al que no puede levantarse y el Señor hará que se levante; y si ha cometido pecados se le perdonarán                        
 (Stgo 5:14-15).

El sufrimiento y la enfermedad son parte de la condición humana, la conmovedora oración del salmista, Desde el abismo clamo a ti Señor, ¡Señor escucha mi voz! Que tus oídos pongan atención al clamor de mis suplicas (Sal 130:1-4), hace eco de esta realidad a través de la historia.

A la luz de la Pasión de Cristo, el sufrimiento y la enfermedad adquirieron el significado del valor redentor de la obra salvífica de Cristo para el cristiano: Por sus llagas hemos sido sanados (Is 53:5).
Un Sacramento de Sanación– Unción de los Enfermos

El pasaje de la Carta de Santiago que mencionamos anteriormente da testimonio de la presencia de este sacramento de sanación en la Iglesia primitiva. Una vez más, se nos presenta la necesidad de  un símbolo sensible, en este caso, el aceite para ungir. Como el agua, el aceite tiene más de un significado: fortaleza, sanación y ser elegido o puesto aparte. En el sacramento de la Unción de los Enfermos, el símbolo es fortaleza y sanación ya que proporciona un encuentro curativo con Jesús a través de las manos del sacerdote.

El Concilio Vaticano II restauró una mejor comprensión del significado original del sacramento. Con el tiempo, el principal propósito del rito había llegado a ser visto como una unción final para los moribundos, por lo cual se le llegó a conocer como la Extremaunción.  En las palabras del Concilio, La unción de los enfermos no es un sacramento para quienes están a punto de morir.  El comienzo de una enfermedad grave o la vejez es un tiempo apropiado para recibir el sacramento, el cual otorga la gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o la fragilidad de la vejez (CIC 1520). Este sacramento puede ser repetido posteriormente.

Desde el luego que el fruto espiritual del sacramento es el perdón de los pecados, el consuelo y el fortalecimiento del alma y la confianza en la misericordia de Dios a través de la gracia del Espíritu Santo. También puede ocurrir una sanación física a partir del encuentro sacramental, si conviene a la salud espiritual (CIC 1532).

No puedo enfatizar suficientemente que el Sacramento de la Unción de los Enfermos es, de hecho, un sacramento para los vivos y no sólo para los moribundos y que puede ser administrado cuando los fieles empiezan a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez (CIC 1514).

Sanación física y el Sacramento de la Unción de los Enfermos



Escrito por el padre Rubén Bellante

Vamos a ir descubriendo todos los beneficios que tiene este sacramento de la unción de los enfermos, cómo la gracia de Jesús Resucitado se manifiesta a través de este sacramento, signo eficaz de la gracia de Dios, como a través de todos los sacramentos.

Este sacramento siempre lo administra un presbítero (sacerdote) de la iglesia católica.

Este mundo actual, que lo vemos tan enfermo en el Espíritu y en el cuerpo, con tanta ciencia dando vuelta, medicina, y cada vez más enfermo. Conocerá mejor a Jesús y se acercará a él cuando comprenda que hoy, ayer es él mismo y que movido por el amor que nos tiene y con el poder que recibió del Padre Dios, puede y quiere realizar la sanación interior y la física que necesitamos.

Cuando San Pedro pronuncia su discurso en la casa del centurión Cornelio, dice: “Él ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anunciando la buena nueva de la paz, por medio de Jesucristo que es el Señor de todos. Ustedes saben lo que sucedió en Judea, comenzando por Galilea, como Dios a Jesús de Nazareth lo ungió en el Espíritu Santo y con poder. Como él pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el mal, el maligno, por que Dios estaba con él”. Termina diciendo “De este, todos los profetas dan testimonio”.
Es que todo el que cree en él alcanza por su nombre el perdón de los pecados. Palabra de Dios, te alabamos Señor, el texto es de Hechos de los Apósteles 10, 34-44.

Solo de Jesús se puede decir con plena verdad, que paso haciendo el bien y sanando a todos. Nuestra vida es una mezcla de bien y de mal, de virtudes y de vicios, sanamos tal vez a muchos, pero herimos a más de los que creemos. El evangelio nos habla con frecuencia de las curaciones de todo orden que realiza Jesús, movido siempre por su inmenso amor al prójimo.

San Mateo 8 16-17 nos dice:
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados, él expulso a los espíritus con su palabra y curo a todos los que se encontraban mal.
Así se cumplió el oráculo del profeta Isaías:
“èl tomo nuestras flaquezas y cargo con nuestras enfermedades”

Esta caridad de Jesús, explica ante toda la multitud la variedad de curaciones que hizo ante su vida publica, porque sentía una gran compasión por todos nosotros.
Por eso el ciego de Jericó le grita:

Hijo David, Jesús ten compasión de mí.
Y el Señor le dice: “¿que querés que te haga?”
Marcos 10, 47-51

San Mateo nos dice que cuando le llevaron los enfermos, tuvo compasión de ellos y los sanó.
Cuando los ciegos se le acercaron e imploraron su protección, el Señor tuvo misericordia de ellos, le toco los ojos, y luego pudieron ver, y le siguieron.
Mateo 20, 34.

Cuando el ángel Gabriel anuncia a Maria el misterio de la encarnación del verbo, le dice
Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz a un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Lucas 1, 31
Y ¿que significa este nombre? que es ordenado por el ángel Gabriel.
Jesús viene de Yavé, que es salvación.
Jesús será eso, el salvador de todos los seres humanos.
Con razón Cristo contestara a los dos discípulos que envía Juan el Bautista con esta pregunta
¿Eres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro?
Y contesto Jesús:
Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído, los ciegos ven, los rengos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncian a los pobres la buena nueva   y dichoso aquel que no se escandalice de mi.
Lucas 7, 18-24

¿Entonces porque fue enviado Jesús?

Tuesday, January 10, 2017

Señor Jesús, Aquel a Quien Amas Está Enfermo



Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo(a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.

En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.

Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.

Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique formándome en la abnegación y en la caridad. Amén

Oración Por un Enfermo Grave



Seńor Jesucristo,
Redentor de los hombre,
que en tu pasión quisiste
soportar nuestro sufrimiento
y aguantar nuestros dolores.

Te pedimos por nuestro 
(Nombre de la persona enferma);
tu que lo has redimido,
aviva en el la esperanza de su salvación
y conforta su cuerpo y su alma.

Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos

Amén.

Monday, January 9, 2017

CALENDARIOS RELIGIOSOS 2017 PARA IMPRIMIR
















BENDÍCEME, SEÑOR, UN AÑO MÁS


BENDÍCEME, SEÑOR, UN AÑO MÁS



Señor, bendice mis manos para que sepan acariciar sin aprisionar; para que sepan recibir sin poseer, y sostener sin condicionar dar sin calcular Bendice mis ojos para que vean detrás de la superficie; para que no se cierren por el miedo, pero nunca miren con ira; para que todos se sientan seguros por mi modo de mirarles. 

Bendice mis ojos para que miren y vean. Señor, bendice mis oídos para que sepan oír tu voz y perciban claramente el grito de los afligidos; que sepan cerrarse al ruido inútil de la palabrería, y escuchen sin cansancio el silencio de los enmudecidos; Bendice mis oídos para que siempre estén abiertos al que necesita publicar su memoria, su alegría o su dolor Señor, bendice mi boca para que dé testimonio de Ti y no diga nada que hiera o destruya; que sólo pronuncie palabras que siembren y alivien, y no calle nunca los nombres heridos. 

Bendice mi boca para que siempre bendiga y nunca traicione mi propia verdad. Señor, bendice mi corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu ; que sepa dar calor y refugio; que sea generoso en perdonar, alegre en compartir, pronto en comprender, y compasivo. Llénalo de nombres de personas queridas, de personas sin nombre y también de otros nombres. 

Bendice, Señor, mis pies para que busquen la Paz y corran tras ella. Que construyan caminos para anunciarte, y eviten los senderos tortuosos que desembocan en la ostentación y la injusticia. Que reconozcan tus pisadas en el caminar de los humildes y respeten las huellas de todo caminante Bendice mis pies para que me los deje lavar y tener parte contigo. Bendíceme, Dios mío, para que puedas disponer de mí con todo lo que soy, con todo lo que tengo. Con todo lo que de Ti he recibido Bendíceme, Señor, en toda tu gente y en todos mis amigos para ti y para todo el año.


 Amén

GRACIAS SEÑOR, POR LA EUCARISTÍA


Gracias Señor, por la Eucaristía


Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque nos amastes hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisistes celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...

Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...