Debemos confiar en nuestra capacidad de ser seres sanos...
Hay una sensación de que hoy nos enfermamos más que antes. Para algunos es así y para otros hay mayor prevención y detección precoz de algunas enfermedades. Independientemente de la razón, hay quizás una mayor conciencia de que la salud es un bien muy preciado y es necesario tomar medidas para cuidarla. Conversamos con la psicóloga Jennifer Middleton, autora del libro “Yo (no) quiero tener cáncer”, para conocer algunos aspectos tomados de su experiencia con personas afectadas por alguna enfermedad.
De acuerdo a su experiencia con terapias de pacientes ¿cómo define la enfermedad?
Es un estado de alteración que afecta a la persona en su totalidad, es decir, su cuerpo, mente, emociones, espiritualidad y entorno social. Sólo abordando todos los aspectos de la persona es posible pensar en ayudarla para su curación. Si sólo se trata lo físico, la persona volverá a enfermar tarde o temprano, ya que se tratan los síntomas pero no aquello que llevó a la persona a enfermarse.
¿Cuál es la relación o responsabilidad que tiene una persona sobre su enfermedad?
Creo que toda persona tiene una responsabilidad frente a su salud y enfermedad. No es algo que se pueda delegar a otros cuando somos adultos. Nos enfermamos porque tenemos estilos de vida insanos, porque nos maltratamos y nos exponemos. Muchas veces esto ocurre por ignorancia, por desconocimiento y porque nuestra medicina tiene un énfasis exagerado en la curación y casi nada en la prevención. Ni la medicina, ni la educación se preocupan de que no nos enfermemos, de enseñarnos las mejores formas de cuidar la salud.
No hay que confundir responsabilidad con culpa. No se trata de castigarse porque no fuimos capaces de cuidarnos, pero sí tenemos la obligación de aprender lo que tenemos que hacer para sanarnos, observar los cambios necesarios y ver cómo nos vamos a cuidar de ahora en adelante. Debemos confiar en nuestra capacidad de ser seres sanos.
¿Qué rasgos de personalidad son los más predisponentes para enfermarse?
No me gusta hablar de rasgos de personalidad porque la persona queda como “congelada” y sin posibilidades de cambio. Mientras estemos vivos podemos cambiar.
Prefiero hablar de “denominadores comunes” que presentan las personas que se enferman de cáncer. Están relacionados con bloqueo emocional, autopostergación y baja autoestima, falta de entusiasmo vital, duelos no elaborados, frustraciones profundas no resueltas y dificultades en el enfrentamiento al estrés, entre otros.
¿Existen situaciones de la vida diaria que sean proclives a “enfermar” a determinadas personas (muertes cercanas, separaciones, cesantía, etc.)? ¿Cómo debieran enfrentarlas de una manera sana?
El problema no son las situaciones propiamente tales, sino la forma de enfrentarlas. Básicamente esto se relaciona con la dificultad de expresar la pena y la rabia, que son normales en estas circunstancias, y pasar por sobre las situaciones sin elaborarlas e integrarlas. No es que las emociones bloqueadas “enfermen”, sino que estas situaciones disminuyen la vitalidad y con ella el sistema inmune, con lo que la persona queda expuesta a cualquier enfermedad.
¿Cuál es la diferencia entre estar enfermo (diagnóstico real) y sentirse enfermo (relacionado con aspectos sicológicos o estados anímicos)?
Normalmente la persona que dice “sentirse enferma” está enferma, aunque la medicina no detecte un cambio biológico. Es evidente que hay una falta de energía y disfunciones (algo no funciona en el organismo y se expresa como desánimo u otro síntoma). Si pudiéramos hacernos cargo en este momento de lo que sentimos, tal vez no llegaríamos a tener enfermedades más graves o con alteraciones físicas evidentes para la medicina.
Como familiar o amigo ¿cómo podemos ayudar a una persona que ha sido diagnosticada con una enfermedad grave?
Sobretodo estando con esa persona en forma real, aceptándola sin exigencias ni demandas. Escuchando y haciéndola sentir querida y respetada, aún en las peores circunstancias. Sabiendo comunicar los sentimientos para que esa comunicación sea de un alma a otra y no formal. No tratando de decir “lo adecuado”, sino estando presentes generosamente aún en el silencio.
¿Existe más cáncer en la actualidad o solamente se sabe más sobre estos casos?
El cáncer ha aumentado, y desde mi punto de vista y el de muchas personas que trabajan en esto, el aumento tiene que ver con el estilo de vida que estamos llevando. La mala alimentación (uso de preservantes y aditivos, exceso de azúcar, falta de comidas naturales, etc.), la falta de ejercicio, el mal enfrentamiento al estrés, la polución, las ondas electromagnéticas, la distancia de la naturaleza y nuestro estilo de relacionarnos, privilegiando la imagen y el prestigio por sobre la honestidad y los afectos. El trabajo excesivo, la falta de humor y distracción genuina, el vacío existencial, etc.
¿Cómo se puede promover el autocuidado en el día a día? ¿Existen recomendaciones para recuperar la salud?
Si queremos ser personas sanas tenemos que tener en cuenta lo que puntualicé en la pregunta anterior, en resumen, cuidarnos y respetarnos con reverencia, sabiendo que lo más precioso que tenemos es la vida y que cada día tenemos que tener en cuenta que somos personas que necesitamos una vida de buena calidad en el amplio sentido de la palabra. El maltrato al que nos sometemos, el delegar nuestra salud a otros sin hacernos responsables, el privarnos de momentos para reponernos y alimentar nuestra vitalidad, nos está matando. La mejor forma de cuidarnos es querernos; nadie maltrata al que quiere realmente.
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