Saturday, March 30, 2013



En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.

A todos nuestros hermanos les deseamos Feliz Pascua de Resurrección.

Thursday, March 28, 2013

Ejercicio de Lectio Divina de JN. 18, 1-19, 42. Viernes Santo.

 

Padre nuestro.
 
   Viernes, 29/03/2013, Viernes Santo en la Pasión del Señor.
 
   Jesús nos vivificó por medio de su Pasión, muerte y Resurrección.
 
   Ejercicio de lectio divina de JN. 18, 1-19, 42.
 
   1. Oración inicial.
 
   El Viernes Santo no celebramos la Eucaristía, porque conmemoramos la Pasión y muerte de Jesús. Tal conmemoración se lleva a cabo por medio de la celebración de la Pasión del Señor, que ha de vivirse en torno a las tres de la tarde, -la hora en que murió el Mesías-. En dicha celebración, recordamos la Pasión y muerte de Nuestro Salvador, y adoramos la cruz de Jesús, -el trono desde el que el Señor ejerce su misión real-. Dado que la lectio divina consiste en meditar y rezar la Palabra de Dios, vamos a realizar el presente ejercicio, meditando el Evangelio correspondiente, a la citada celebración.
 

Wednesday, March 27, 2013

Ejercicio de Lectio Divina de JN. 13, 1-15. Jueves Santo.


   1. Oración inicial.
 
   Iniciemos nuestro encuentro de oración, en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
 
   R. Amén.
 
   Al iniciar la celebración eucarística de la tarde del Jueves Santo, damos por concluido el tiempo de Cuaresma, e iniciamos la celebración del Triduo pascual. Recordemos que el calendario litúrgico de la Iglesia está inspirado en el calendario judío, según el cual, al ponerse el sol, se inicia un nuevo día. La primera celebración del Triduo pascual, es la conmemoración de la última Cena de Jesús con sus discípulos, en la que instituyó los Sacramentos de la Eucaristía y el Orden sacerdotal, y nos dio el Mandamiento de la caridad, por cuya existencia, el dinero que se recoja en las colectas de las Misas que se celebren en todo el mundo, será destinado, a hacer obras de caridad.
 
   Contemplemos a Jesús celebrando su última Cena pascual con aquellos de

Tuesday, March 19, 2013

La Oración Personal


    En la oración personal se habla con Dios como en la conversación que se tiene con un amigo, sabiéndolo presente, siempre atento a lo que decimos, oyéndonos y contestando. Es en esta conversación íntima, como la que ahora intentamos mantener con Dios, donde abrimos nuestra alma al Señor, para adorar, dar gracias, pedirle ayuda, para profundizar en las enseñanzas divinas.


I. Muchos pasajes del Evangelio muestran a Jesús que se retiraba y quedaba a solas para orar. Era una actitud habitual del Señor, especialmente en los momentos más importantes de su ministerio público. ¡Cómo nos ayuda contemplarlo! La oración es indispensable para nosotros, porque si dejamos el trato con Dios, nuestra vida espiritual languidece poco a poco. En cambio, la oración nos une a Dios, quien nos dice: Sin Mí, no podéis hacer nada (Juan 15, 5). Conviene orar perseverantemente (Lucas 18, 1), sin desfallecer nunca. Hemos de hablar con Él y tratarle mucho, con insistencia, en todas las circunstancias de nuestra vida, sabiendo que verdaderamente Él nos ve y nos oye. Además, ahora, durante este tiempo de Cuaresma, vamos con Jesucristo camino de la Cruz, y “sin oración, ¡qué difícil es acompañarle!” (SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Camino). Quizá sea la necesidad de la oración, junto con la de vivir la caridad, uno de los puntos en los que el Señor insistió más veces en su predicación.

LA SANTA SÍNDONE: TESTIMONIO DE LA PASIÓN


Hay una contemplación muy especial de la Pasión del Señor, que nos sobrecoge especialmente en nuestros tiempos, dominados por la ciencia y la técnica. Es la consideración de la Santa Síndone de Turín; también llamada Sábana Santa o Santo Sudario.
Este es un lienzo de lino rectangular, de 4,36 m. de largo y 1,10 m. de ancho. Sobre un mismo lado de la tela están impresas las huellas frontales y dorsales de un hombre muerto después de haber sido crucificado. La tradición lo ha identificado con aquella sábana limpia, comprada por José de Arimatea, en la que Jesús fue envuelto para la sepultura (Mt 27,59) y que Juan y Pedro encontraron en el sepulcro la mañana de la Resurrección del Señor (cf. Jn 20,5-8)

JUAN PABLO II, EN SU VISITA A LA SANTA SÍNDONE


(TURÍN, 24 DE MAYO DE 1998)

Lo que cuenta sobre todo para el creyente es que la Sábana Santa es un espejo del Evangelio. De hecho, si se reflexiona sobre el sagrado lienzo, no se puede olvidar que la imagen que se encuentra presente en él tiene una relación tan profunda con lo que narran los cuatro Evangelios sobre la pasión y muerte de Jesús que cada hombre sensible se siente interiormente tocado y conmovido al contemplarla. Quien se acerca a ella es consciente también de que la Sábana Santa no sólo impresiona el corazón de la gente, sino que hace referencia a Aquel a cuyo servicio la ha puesto la Providencia amorosa del Padre. Por lo tanto, es justo alimentar la conciencia de la preciosidad de esta imagen, que todos ven y que nadie puede explicar por ahora. Para toda persona profunda es motivo de hondas reflexiones que pueden llegar a implicar la vida.

ORACIÓN AL CRISTO DOLIENTE

No me mueve mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tu me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muéveme tus afrentas y tu muerte,

Muéveme en fin, tu amor de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar por que te quiera,
porque aunque cuanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

No me mueve mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tu me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muéveme tus afrentas y tu muerte,

Muéveme en fin, tu amor de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar por que te quiera,
porque aunque cuanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

EL ENFERMO JUNTO A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO



HOMBRE DE DOLORES Y SUFRIMIENTOS

ACOMPAÑANDO CON LOS SALMOS A CRISTO QUE SUFRE POR TI
 
(Puedes pensar en Cristo sufriente mientras lees estos textos del Antiguo Testamento que hablan del Mesías de Dolores)

SALMO 22


(Salmo que recitó Jesús en la Cruz)


Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?;
a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza.
Dios mío, de día clamo, y no respondes,
también de noche, no hay silencio para mí.

Alimento de la Semana: Quinua, Tambien Conocido Como Quinoa.




Se le considera un alimento perfecto. La quínoa es una semilla procedente de Sur América (Chenopodium quinoa wild). Se dice que los Incas lo cultivaron desde hace unos 5000 años.
Tiene la ventaja de contener proteínas casi completas tal como la soya. Es un grano ligero muy versátil que puede usarse de muchas formas en la cocina.  Otros nombres de la quinoa son:  quinua, canigua, hupa, dahua, candonga, licsa, arroz de Peru y trigo inca.

¿Porque comer quínoa? 
1- Quínoa contiene mucha proteína, hasta 50% mas que otros "granos."  La organización mundial de la salud considera la proteína de la quínoa tan completa como la de la leche.

2- La proteína que contiene la quínoa es casi completa. Es uno de los pocos vegetales que ofrece esta ventaja. 

Por esta razón es que la quínoa esta ganando popularidad porque puede ayudar a proveer proteína completa en las dietas vegetarianas o a personas que desean alternativas a la carne.     

3- Quínoa es rica en hierro, potasio, riboflavina, varias de vitaminas del complejo B, magnesio, zinc, cobre y otros.
¿Cómo se cocina?

Lo más importante es lavar bien el grano porque tiene una cubierta de sabor amargo. En USA la quínoa que venden ya tiene esta cubierta eliminada pero siempre es necesario lavarlo bien antes de usarlo.

Se puede usar en recetas similares a las del arroz y se puede usar para sustituir el arroz o la pasta de la mesa por un grano más nutritivo.

También viene molido en forma de harina. Esta puede usarse mezclada con la harina normal en recetas.

Wednesday, March 13, 2013

El nombre oficial del nuevo papa es Francisco, no Francisco I



El Vaticano ha aclarado que el nombre oficial del nuevo papa será Francisco, no Francisco I como le han llamado en la mayoría de medios de comunicación durante las primeras horas. Cuando el cardenal protodiácono, Jean-Louis Touran, ha anunciado la identidad y el nombre del nuevo pontífice, lo ha llamado solo Francisco, no ha añadido el ordinal ni el número romano. En concreto, según Federico Lombardi, oficialmente será conocido como Papa Francisco.
Franciscum –así, en latín- ha sido el nombre que ha aparecido en la web oficial del Vaticano desde el primer momento, sin número romano alguno, siguiendo la vieja costumbre de la Iglesia de que el primer Papa que utiliza un nombre no usa el número. Algo que, por error, no sucedió con Juan Pablo I.
Pero la confusión sobre si Jorge Mario Bergoglio será conocido como Francisco o Francisco I ha llegado incluso a la agencia oficial de noticas de la Santa Sede, que en sus dos primeros tuits referentes al nuevo Papa le adjudicaba el nombre oficial de Francisco I.
La polémica desaparecerá en el momento en que un nuevo papa elija de nuevo este nombre cuando sea elegido pontífice. “Se convertirá en Francisco I cuando se elija un Francisco II”, ha aclarado Lombardi al salir al paso de la incipiente confusión.

Biografía de Bergoglio, el Papa Francisco


El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió en el pontífice número 266 de la Iglesia Católica, en sustitución del ya papa emérito Benedicto XVI, quien hizo efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero.
Biografía de Bergoglio, el papa Francisco I
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en la capital argentina, en el seno de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio, un empleado ferroviario, y Regina.

Creció en la capital argentina y fue ahí donde comenzó a estudiar y se diplomó como técnico químico, pero poco después eligió el sacerdocio, decisión que le hizo acceder al seminario del barrio bonaerense Villa Devoto.

En 1958 comenzó el noviciado en la Compañía de Jesús, por lo que se trasladó a Santiago de Chile, donde llevó a cabo estudios humanísticos, y en 1964 regresó a Buenos Aires para dedicarse a la docencia de Literatura y Psicología en el colegio de El Salvador.

Cursó estudios de Teología entre 1967 y 1970 en la Facultad de Teología del colegio de San José, en San Miguel de Tucumán (norte de Argentina).

Su sacerdocio comenzó el 13 de diciembre de 1969, año en el que se desplazó a España para cumplir su tercer "probandato" (período que sirve para preparar intelectualmente a los jóvenes sacerdotes) en la Universidad Alcalá de Henares de Madrid.

La docencia desempeñó un papel muy importante en la biografía del cardenal Bergoglio, ya que impartió lecciones en multitud de colegios, seminarios y facultades.

En 1972 regresó a Argentina, después de su época en España, para comenzar como maestro de novicios en Villa Barilari, en la localidad de San Miguel, al norte del país.

Además, entre 1980 y 1986, fue profesor en la Facultad de Teología de San Miguel y rector del colegio máximo de la Facultad de Filosofía y Teología, cargos que compartió con el de párroco de la iglesia Patriarca San José, también en la localidad de San Miguel.

En 1986 regresó a Europa, concretamente a Alemania para ultimar su tesis doctoral, pero fue trasladado a la ciudad de Córdoba para ejercer como director espiritual y confesor de la Compañía de Jesús.

Su nombramiento como obispo llegó el 20 de mayo de 1992, cuando el papa Juan Pablo II le designó obispo de la Diócesis de Auca y obispo auxiliar de la diócesis de Buenos Aires.

Cinco años más tarde, en 1997, fue nombrado arzobispo coauditor de Buenos Aires y en 1998, tras la muerte del arzobispo y cardenal Quarracino, se convirtió en el arzobispo de Buenos Aires.

Bergoglio ha tenido una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, institución que ha presidido durante seis años, de 2005 a 2011, y entre sus publicaciones más conocidas se encuentran "Meditaciones para religiosos" (1982), "Reflexiones sobre la vida apostólica" (1986) y "Reflexiones de esperanza" (1992).

El cardenal argentino, quien recibió la púrpura de manos de Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001, es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, del Consejo Pontificio por la Familia y de la Comisión Pontificia por América Latina.

Sunday, March 10, 2013

PLEGARIA DE UN ENFERMO


P. Marcos Pizzariello [*]
Señor, te pido que me concedas
espíritu de fe, para sobrellevar
más cristianamente mi enfermedad,
para que pueda vivir con gusto
las grandes verdades
referentes a la gracia santificante
y a la inhabitación
de la Santísima Trinidad en mi alma.


Todo ese mundo maravilloso
de tu gracia santificante es
como si no existiera para mí,
porque mi fe es desvaída
y no penetra los entresijos de mi ser.

Que desde la mañana a la noche,
en todas las vicisitudes
de mi enfermedad, recuerde vivamente
tus sufrimientos en la cruz,
que siempre tenga presentes
tus palabras: quien no ame la cruz
no puede ser mi discípulo,
quien desee seguirme que tome su cruz
y venga en pos de mí...


TEXTOS DEL PADRE PÍO SOBRE EL SUFRIMIENTO


“En las horas de lucha acordémonos de Jesús, que está con nosotros y sufre con nosotros y por nosotros; recurramos a Él y seremos siempre confortados, así alcanzaremos y cantaremos siempre victoria delante de Dios”.
“Cuando a Él le plazca ponernos en la cruz, agradezcámoselo y considerémonos afortunados por el gran honor que nos hace”.
“Sé que sufrís mucho; pero ¿no es el sufrimiento el que nos hace subir al Calvario y de éste al Tabor? Arriba, pues. ¡Animo! Y Jesús estará contento de vos”.
“Considérate afortunadísima por haber sido hecha digna de participar en los dolores del Hombre Dios”.
“¡Oh! qué feliz deberías considerarte, si te esforzaras por morar (en el Calvario) siempre, y morar fiel y amorosamente”.
“Para llegar a conseguir nuestro fin, es preciso seguir a nuestro divino jefe, que no quiso conducir al alma escogida sino por el camino que Él siguió, es decir, por el camino de la abnegación y de la cruz”.
“Las tribulaciones, las cruces son siempre la herencia y la porción de las almas elegidas”.
“Las otras pruebas a las que Dios os somete y os someterá, todas son signos del amor divino y perlas para el alma”.
“Os ha destinado a gran santidad y por ello os ha sometido a cruces no comunes y todavía os someterá a más”.
“Ten la certeza de que, mientras duren las pruebas, el Señor te ama con predilección y habita en el centro de tu espíritu”.
“No temas: después de haber sido traspasada con Jesús y puesta en el sepulcro de Jesús, verás la luz indefectible, y del Calvario pasarás al Tabor eterno”.
“No desees bajar de esta cruz, ¡oh mi querida hija! Esta vida es breve; las recompensas que nos esperan en el ejercicio de la cruz son eternas”.
“¡Ah! no desees bajar de esta cruz, porque sería el descenso del alma a la llanura donde Satanás nos tiende las asechanzas”.

UN CONSEJO DE DON BOSCO A SANTO DOMINGO SAVIO, ENFERMO [*]


La víspera en que Domingo Savio debía salir para su casa, ya muy enfermo, don Bosco no podía apartarlo de su lado. Siempre tenía algo que preguntarle. Entre otras cosas le dijo:
–¿Cuál es el mejor medio de que puede echar mano un enfermo para alcanzar méritos delante de Dios?
–Ofrecerle con frecuencia sus sufrimientos.
–¿Y ninguna otra cosa más?
–Ofrendarle su vida.
–¿Puedo estar seguro de que mis pecados han sido perdonados?
–Te aseguro, en nombre de Dios, que tus pecados te han sido perdonados.
–¿Puedo estar seguro de que me salvaré?
–Sí; contando con la divina misericordia, la cual no te ha de faltar, puedes estar seguro de salvarte.

Nota:
[*] Memorias biográficas, t. V, p. 629.

CARTA DE UN ENFERMO

 

De una carta de Luigi Rocci (11 de febrero de 1974)

[El autor tiene introducido el proceso
de canonización]

El sábado pensaba en una frase de Vittorio De Sica: “El sufrimiento enriquece siempre, como la alegría”. Por la experiencia que tengo yo del sufrimiento, experiencia larga –dado que con este mal despiadado he nacido y pronto me redujo a la total inmovilidad con progresión muy dolorosa– puedo decir que el sufrimiento es una revelación, te lleva a ver más allá de las cosas, te descubre valores esenciales, eternos, de la vida. Sobre todo te hace sentir que eres nada y que lo que te da realidad es el gran amor de Dios por ti y por toda creatura.
He sufrido y sufro mucho. Pero siempre he sentido y siento una presencia que me dice: “¡coraje! Yo estoy contigo”. Y mi ánimo, ante aquella presencia, ante aquella silenciosa voz, queda invadido por un gozo misterioso, total. En aquella voz uno se pierde y reza: ¡Señor, quédate conmigo, no te vayas nunca! Y sientes que aquella presencia te dice: “No temas, no te dejo nunca. Tú estás en mí y mí encontrarás descanso y gozo”. Entonces te viene como un estupor, y prorrumpe en ti una alegría que te envuelve, y sientes decir las palabras del Apocalipsis: Yo estoy a la puerta y llamo. Si uno escucha mi voz y me abre yo entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. ¡Cómo es de maravillosa la amistad de Dios! ¡Su amor es transformador!

Mensaje a Los Enfermos

(P. Marcos Pizzariello)

Quisiera ahora llegar, por medio de estas líneas, a todos los que están sufriendo de alguna manera, para decirles que la única solución a su problema, es la fe vivida intensamente, con todas sus vibrantes y vivificantes consecuencias.
No es fácil saber sufrir cuando se tiene una fe lánguida; es imposible cuando se cree que los límites de la vida terminan definitivamente en la tumba. Sólo cuando se tiene una perspectiva de eternidad, sólo cuando se enfocan todas las vicisitudes de la existencia con una visión sobrenatural, el misterio del dolor humano tiene sentido.

EL DOLOR SALVÍFICO


BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS

Cuando el ángel se apareció a la Virgen para anunciarle que iba a ser Madre de Jesús, también le dijo que su prima Isabel estaba esperando un hijo: Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios (Lc 1,36-37). Isabel era ya anciana, por eso la Virgen, apenas oyó lo que el ángel le dijo, se puso en camino para ayudarla: María se levantó y se fue con prontitud...; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa (Lc 1,39-40.56).
Hermoso es el ejemplo que nos da la Virgen: el ángel no le manda que vaya a casa de Isabel; éste era un viaje largo y pesado para aquellos tiempos, pues había que hacerlo en asno, aprovechando alguna de las caravanas que pasaban por aquellos lugares. Exigía mucho sacrificio. Pero María no duda ni necesita que le digan nada; su corazón es generoso y propenso a las obras de misericordia.

En esto María es modelo de todos los cristianos. Jesucristo nos ha enseñado que seremos juzgados por nuestras obras de misericordia: Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme”. Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”. Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”. Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis”. Entonces dirán también éstos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. Y Él entonces les responderá: “En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo”. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt 25,31-46).

Sunday, March 3, 2013

La Oración Personal

 


   En la oración personal se habla con Dios como en la conversación que se tiene con un amigo, sabiéndolo presente, siempre atento a lo que decimos, oyéndonos y contestando. Es en esta conversación íntima, como la que ahora intentamos mantener con Dios, donde abrimos nuestra alma al Señor, para adorar, dar gracias, pedirle ayuda, para profundizar en las enseñanzas divinas.


I. Muchos pasajes del Evangelio muestran a Jesús que se retiraba y quedaba a solas para orar. Era una actitud habitual del Señor, especialmente en los momentos más importantes de su ministerio público. ¡Cómo nos ayuda contemplarlo! La oración es indispensable para nosotros, porque si dejamos el trato con Dios, nuestra vida espiritual languidece poco a poco. En cambio, la oración nos une a Dios, quien nos dice: Sin Mí, no podéis hacer nada (Juan 15, 5). Conviene orar perseverantemente (Lucas 18, 1), sin desfallecer nunca. Hemos de hablar con Él y tratarle mucho, con insistencia, en todas las circunstancias de nuestra vida, sabiendo que verdaderamente Él nos ve y nos oye. Además, ahora, durante este tiempo de Cuaresma, vamos con Jesucristo camino de la Cruz, y “sin oración, ¡qué difícil es acompañarle!” (SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Camino). Quizá sea la necesidad de la oración, junto con la de vivir la caridad, uno de los puntos en los que el Señor insistió más veces en su predicación.

II. En la oración personal se habla con Dios como en la conversación que se tiene con un amigo, sabiéndolo presente, siempre atento a lo que decimos, oyéndonos y contestando. Es en esta conversación íntima, como la que ahora intentamos mantener con Dios, donde abrimos nuestra alma al Señor, para adorar, dar gracias, pedirle ayuda, para profundizar en las enseñanzas divinas. Nunca puede ser una plegaria anónima, impersonal, perdida entre los demás, porque Dios, que ha redimido a cada hombre, desea mantener un diálogo con cada uno de ellos: un diálogo de una persona concreta con su Padre Dios. “Me has escrito: “orar es hablar con Dios. Pero ¿de qué? -¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias... ¡flaquezas! : y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: ¡tratarse!”

III. Hemos de poner los medios para hacer nuestra oración con recogimiento, luchando con decisión contra las distracciones, mortificando la imaginación y la memoria. En el lugar más adecuado según nuestras circunstancias; siempre que sea posible, ante el Señor en el Sagrario. Nuestro Ángel Custodio nos ayudará; lo importante es no querer estar distraídos y no estarlo voluntariamente. Acudamos a la Virgen que pasó largas horas mirando a Jesús, hablando con Él, tratándole con sencillez y veneración. Ella nos enseñará a hablar con Jesús.

El Amor de Dios





I. Dios nos hace saber de muchas maneras que nos ama, que nunca se olvida de nosotros, pues nos lleva escritos en su mano para tenernos siempre a la vista (Isaías 49, 15-17). Jamás podremos imaginar lo que Dios nos ama: nos redimió con su Muerte en la Cruz, habita en nuestra alma en gracia, se comunica con nosotros en lo más íntimo de nuestro corazón, durante estos ratos de oración y en cualquier momento del día. Cuando contemplamos al Señor en cada una de las escenas del Vía Crucis es fácil que desde el corazón se nos venga a los labios el decir: “¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y... no me he vuelto loco?”

II. Dios nos ama con amor personal e individual. Jamás ha dejado de amarnos, ni siquiera en los momentos de mayor ingratitud por nuestra parte o cuando cometimos los pecados más graves. Su atención ha sido constante en todas las circunstancias y sucesos, y está siempre junto a nosotros: Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del mundo (Mateo 28, 20), hasta el último instante de nuestra vida. ¡Tantas veces se ha hecho el encontradizo! En la alegría y en el dolor. Como muestra de amor nos dejó los sacramentos, “canales de la misericordia divina”. Nos perdona en la Confesión y se nos da en la Sagrada Eucaristía. Nos ha dado a su Madre por Madre nuestra. También nos ha dado un Ángel para que nos proteja. Y Él nos espera en el Cielo donde tendremos una felicidad sin límites y sin término. Pero amor con amor se paga. Y decimos con Francisca Javiera: “Mil vidas si las tuviera daría por poseerte, y mil... y mil... más yo diera... por amarte si pudiera... con ese amor puro y fuerte con que Tú siendo quien eres... nos amas continuamente” (Decenario al Espíritu Santo).

III. Dios espera de cada hombre una respuesta sin condiciones a su amor por nosotros. Nuestro amor a Dios se muestra en las mil incidencias de cada día: amamos a Dios a través del trabajo bien hecho, de la vida familiar, de las relaciones sociales, del descanso... Todo se puede convertir en obras de amor. Cuando correspondemos al amor a Dios los obstáculos se vencen; y al contrario, sin amor hasta las más pequeñas dificultades parecen insuperables. El amor a Dios ha de ser supremo y absoluto. Dentro de este amor caben todos los amores nobles y limpios de la tierra, según la peculiar vocación recibida, y cada uno en su orden. La señal externa de nuestra unión con Dios es el modo como vivimos la caridad con quienes están junto a nosotros. Pidámosle hoy a la Virgen que nos enseñe a corresponder al amor de su Hijo, y que sepamos también amar con obras a sus hijos, nuestros hermanos.

La Oración de Petición

  Jesús nos oye siempre: también cuando parece que calla. Quizá es entonces cuando más atentamente nos escucha; quiere que le pidamos confiadamente, sin desánimo, con fe. Pero no basta pedir; hay que hacerlo con perseverancia, para que la constancia alcance lo que no pueden nuestros méritos.

I. Pedir y dar; eso es la mayor parte de nuestra vida y de nuestro ser. Al pedir nos reconocemos necesitados. Al dar podemos ser conscientes de la riqueza sin término que Dios ha puesto en nuestro corazón. Lo mismo nos ocurre con Dios. Gran parte de nuestras relaciones con Él están definidas por la petición; el resto, por el agradecimiento. Pedir nos hace humildes. Además, damos a nuestro Dios la oportunidad de mostrarse como Padre. No pedimos con egoísmo, ni llenos de soberbia, ni con avaricia, ni por envidia. Debemos examinar en la presencia los verdaderos motivos de nuestra petición. Le preguntaremos en la intimidad de nuestra alma si eso que hemos solicitado nos ayudará a amarle más y a cumplir mejor su Voluntad. La primera condición de toda petición eficaz es conformar primero nuestra voluntad con la Voluntad de Dios, y así habremos dado un paso muy importante en la virtud de la humildad.

II. Jesús nos oye siempre: también cuando parece que calla. Quizá es entonces cuando más atentamente nos escucha; quiere que le pidamos confiadamente, sin desánimo, con fe. Pero no basta pedir; hay que hacerlo con perseverancia, sin cansarnos, para que la constancia alcance lo que no pueden nuestros méritos. Dios ha previsto todas las gracias y ayudas que necesitamos, pero también ha previsto nuestra oración. Pedid y se os dará... llamad y se os abrirá. Y recordamos ahora nuestras muchas necesidades personales y las de aquellas personas que viven cerca de nosotros. No nos abandona el Señor.


El Vía Crucis

1. Primera estación
† Jesús es condenado injustamente.
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

2. Segunda estación
† Jesús con la cruz a cuesta
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

3. Tercera estación
† Jesús cae a tierra por primera vez
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

4. Cuarta estación
† Jesús se encuentra su Madre la Virgen Maria
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

5. Quinta estación
† Simón, el Cirineo, Ayuda a Jesús a llevar la cruz
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

6. Sexta estación
† Verónica limpia el rostro de Jesús
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

7. Séptima estación
† Jesús cae a tierra por segunda vez
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

8. Octava estación
† Jesús se encuentra con unas mujeres que lloran por el
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

9. Novena estación
† Jesús cae a tierra por tercera vez
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

10. Décima estación
† Jesús es despojado de sus vestiduras
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

11. Undécima estación
† Jesús es Clavado en la cruz
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

12. Duodécima estación
† Jesús muere en la cruz
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.
13. Treceava estación
† Jesús es bajado de la cruz y colocado en brazos de su Madre
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.

14. Catorceava estación
† Jesús es depositado en la tumba
Todos: Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Padre nuestro, Avemaría y Gloria Patri.